Número único mejoraría capacidad de respuesta ante emergencias y exigirá mayor coordinación entre autoridades
‘Mejorar la calidad de la atención, lograr la coordinación institucional, y tener información para poder gestionar el sistema’, son parte de los beneficios que tendría la implementación en el país de un número único de emergencias, según el director ejecutivo de la Fundación Paz Ciudadana, Daniel Johnson.
Esta semana la fundación entregó su Índice 2019 que aborda temas victimización, percepción de la inseguridad y evaluación de autoridades. Y este año se agregó un nuevo ítem sobre el conocimiento de los números de emergencia (Carabineros, Bomberos y ambulancias), y cómo se evalúa la implementación de un único número, como en la Unión Europea y Estados Unidos. Mientras que un 15% conocía los tres principales números de emergencias, la mayoría —un 76,5%— estaba de acuerdo en que se implementara un número único.
La idea de aplicar este sistema fue planteada en el Acuerdo Nacional por la Seguridad Pública por Paz Ciudadana, como una herramienta para unificar las llamadas de emergencia. Hace algunos meses, la fundación acordó con el Ministerio del Interior la realización un estudio al respecto.
Documento que está ad portas de ser entregado y que fue cofinanciado en un 20% por la secretaría de Estado, a través del BID, y en un 80% por la fundación (ver relacionado).
Infraestructura e instituciones
Sobre eventuales problemas de implementación e infraestructura, Johnson resalta que ya hay una base debido a que instituciones como Carabineros cuenta con una central de comunicaciones. Habría que construir sí instalaciones con una capacidad de funcionar incluso en condiciones adversa.
El diputado Gonzalo Fuenzalida (RN), quien integra la comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, dice que ‘aquí más que leyes o recursos, se requiere voluntad política y de las instituciones, porque cada institución ha ido formando su número, cada municipalidad. Creo que esto no nos conduce a nada muy eficiente’.
Para que esto no se repita con el número único, el diputado indica que su implementación permitirá ‘medir la eficiencia de los servicios’, evaluar la respuesta, y la atención de los funcionarios.
La coordinación de las autoridades relacionadas en la materia, partiendo con Carabineros, Bomberos y ambulancias, es uno de los ejes principales según los congresistas y expertos consultados. Coinciden en que este punto será una exigencia para el éxito del sistema.
El senador PPD Felipe Harboe, integrante de la comisión de Seguridad de la Cámara Alta, indica que para que confluyan ‘los representantes de las diferentes instituciones que participarán’ en el número único, se debe crear ‘una institucionalidad pública, una especie de Onemi’, en la cual un civil capacitado se haría cargo de recibir y transferir los requerimientos.
‘Desde el punto de vista ciudadano, el solo hecho de saber que hay un botón único, que al otro lado va a haber ayuda experta, genera una sensación de seguridad y tranquilidad. Hoy lamentablemente eso no existe’, dice.
La directora de Espacio Público, Lucía Dammert, cree que ‘las dificultades de coordinación que ha habido entre las instituciones en Chile es en principio por qué no tenemos todavía un número único, sino que tenemos un menú gigante de diferentes números. El desafío no es menor’.
Velocidad de reacción y recopilación de datos
Dammert agrega que si se instala el sistema, debería ‘permitir que los niveles de respuesta fueran mayores. También permitir un poco visualizar la desigualdad que hay en el sistema de respuesta, porque vas a saber rápidamente cuántos minutos se tardó una ambulancia en llegar’ de un sector a otro.
A Cristian Riego, profesor de Derecho U. Diego Portales, le parece que ‘la parte tecnológica es la menos importante, porque eso se puede conseguir (…). Lo más importante es el sustento administrativo, me refiero a personal, turnos, a la capacitación de ese personal, y diría que es un gran desafío’.
Indica que ‘un gran beneficio —pero depende de si esto se hace bien—, es que podríamos llegar a tener números y datos sobre todas estas variables: velocidad de respuesta, capacidad de respuesta, en qué se traducen las intervenciones policiales’.