¿Qué hacer con Carabineros y la crisis que enfrenta? Expertos coinciden en necesidad de reforma estructural
El 57% de los encuestados, por ejemplo, cree que nunca o casi nunca Carabineros debería usar la fuerza contra un manifestante violento. Y el 64% considera que, desde el inicio de las manifestaciones, violó siempre o casi siempre los derechos humanos. Expertos coinciden en que para resolver su problema de legitimidad es urgente ‘una reforma estructural’.
‘Informes demoledores’
El exsubsecretario de Carabineros y secretario general de la U. Central, Neftalí Carabantes, reflexiona: ‘Los informes de derechos humanos en su contra fueron demoledores, pero la opinión ciudadana expresada en la CEP es aún más lapidaria’. Por eso, cree debe haber una reingeniería estructural, operativa, formativa, organizacional y de imagen corporativa, que incremente con intensidad sus niveles de transparencia y establezca su real dependencia del poder civil’.
Mientras que el presidente de la comisión de Seguridad del Senado, Felipe Harboe, puntualiza que ‘la crisis es profunda y dice relación con falencias en formación, en gerencia, en orientación de resultados, en capacidad operativa, en sistema de inteligencia’. La solución cree, es una reforma profunda, en la que se discuta sobre ‘la existencia de los escalafones, o la conveniencia de que los aspectos logísticos de Carabineros los maneje la propia institución, por ejemplo’.
Es necesario —afirma— ‘un sistema de control interno y externo. Tenemos que replantearnos la idea de que las policías manejen las máquinas de interceptación de comunicaciones y crear una central que lo haga con controles interinstitucionales’. Para Daniel Johnson, director ejecutivo de Fundación Paz Ciudadana, en tanto, ‘Carabineros es muy grande y, por ello, pensar en una nueva policía no tiene sentido (…). Lo que hay que hacer es volver a generar esa confianza perdida. Una policía deslegitimada tiene muchas más dificultades para poder ejercer su normal función, como mantener el orden en una manifestación’.
A Johnson le parece que se debe ‘reorientar a Carabineros hacia una función mucho más ciudadana’, pero ‘una reforma policial toma 10, 15 años. No es un proceso que pueda hacerse en un solo Gobierno, menos cuando queda la mitad del período, así que tenemos que llegar a un acuerdo país del tipo de policía que queremos’. Y, agrega, la participación de la propia institución es fundamental: ‘Si no los tenemos a ellos adhiriendo a la reforma, no hay posibilidad de llevarla a cabo’.
‘Pérdida de autoridad’
El general (r) Aldo Vidal, exjefe de Zona Control Orden Público e Intervención (2016-2018), respalda a la institución: ‘Cuando en tres años se ven involucrados un número de carabineros que no superan el 2% en hechos que los apartan de sus principios y obligaciones profesionales, y hoy están sometidos a procesos y ninguno de ellos aún recibe una condena, yo no hablaría de crisis’.
Lo que hoy enfrenta Carabineros es ‘una pérdida de autoridad’, dice, por su ‘responsabilidad de mantener o restablecer el orden público’, lo que ‘le ha significado asumir un costo’. ¿Una nueva institución policial? ‘Es impensado’, responde. Cree además que a pesar las deficiencias, la gente quiere a la institución.
Por su parte, el exministro del Interior Jorge Burgos indica que ‘es difícil que a una institución de seguridad pública, casi centenaria, no pueda enfrentársele con un listado de errores y horrores’. No obstante, recuerda, ‘el listado de servicios a la patria es larguísimo. La inmensa mayoría, cuando hemos sufrido un asalto, un accidente, llamamos a Carabineros, y su llegada es un alivio’.
Y concluye: ‘La legitimidad hay que recuperarla, no hay que destruir a Carabineros, hay que reformarlo (…). En la cornisa en que el país se encuentra, destruir a Carabineros sería una estupidez irresponsable’.